El 24 de abril de 1743 nació Edmund Cartwright, inventor del telar Mecánico
La revolución industrial fue un fuerte impacto para la industria del mundo, pues trajo la automatización de muchos procesos de fabricación y uno de los mejores ejemplos es el de la industria textil. En este sentido cabe destacar a Edmund Cartwright, inventor del telar mecánico.
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El telar
Para empezar se puede hablar sobre los telares, que son máquinas diseñadas para tejer telas a partir de hilos, eliminando la necesidad de hacerlo a mano.
A través de la historia muchas culturas diseñaron sus propios telares y aunque hay ciertas diferencias entre cada diseño, todos tienen un funcionamiento similar. Estos toman hilos y los extienden verticalmente, siendo las urdimbres, y entre los espacios de estos se tejen hilos horizontales, llamados trama.
Una vez que se pasan los hilos horizontales, todo se comprime, lo cual asienta el tejido y evita que se separen las hebras del hilo.
¿Quién fue Edmund Cartwright?
Edmund Cartwright fue un clérigo e inventor inglés nacido el 24 de abril de 1743 en Marnham, Nottinghamshire.
Su familia era pudiente, por lo que recibió estudios en la Escuela de Gramática Reina Elizabeth en Wakefield y luego en el Colegio Universitario de Oxford. Posteriormente obtuvo un título de Maestría en Artes en el Magdalen College en Oxford.
Luego de sus estudios se hizo clérigo de la Iglesia de Inglaterra y para 1783 llegó a ser prebendado en la Catedral de Lincoln. Sin embargo, luego de observar los hilanderos de algodón de Sir Richard Arkwright’s, decidió que sería bueno hacer una máquina similar para hacer telas, lo que lo llevó a hacer el primer telar mecánico.
Además de su famoso invento, también diseñó una máquina para hacer cuerdas y un motor de vapor que usaba alcohol en lugar de agua. Adicionalmente, escribió 2 poemas, en 1770 y 1779, y fue tutor del posterior Primer Ministro, Lord John Russel.
Telar mecánico de Cartwright
En 1874 diseñó el primer modelo de telar mecánico y aunque lo patentó un año después, el diseño probó no ser de utilidad. Luego de 4 años patentó un segundo prototipo, al cual añadió una funciones para controlar el movimiento de la trama.
Este nuevo modelo fue usado en manufactura en la fábrica de telas Doncaster, lo cual mostró varios problemas de diseño. A partir de ello integró una variedad de cambios, como formas de estirar la tela automáticamente, reduciendo vas variables de la lanzadera y varios otros.
Para 1792 obtuvo la última patente para sus telares, con nuevas modificaciones. Sin embargo, todos sus esfuerzos probaron ser infructíferos, pues el telar no tenía un uso viable, ya que las urdimbres se sujetaban solo cuando el telar estaba estacionario, por lo que requería un operador presente.
Impacto en la industria
A pesar de que el diseño de telar mecánico de Cartwright no tuvo éxito comercial, fundamentó las bases para los modelos del futuro, pues para 1803, William Radcliffe solucionó el problema del telar de Cartwright.
Aún así, sus diseños causaron un impacto y miedo. Miles de trabajadores de la industria textil protestaron por los diseños de los telares mecánicos, llegando a quemar la fábrica Knott Mill, que planeaba usar 500 de las máquinas de Cartwright.
Peligros de la operación de telares mecánicos
Finalmente, los telares mecánicos son máquinas versátiles, muy seguras de usar. Sin embargo, es de suma importancia tener ciertos cuidados cuando se operan o administran las máquinas, pues es posible que, al estar distraídos, estas puedan atrapar y lastimar los dedos de los trabajadores o atrapar y arrancar su cabello.
El trabajo de Edmund Cartwright, inventor del telar mecánico fue un punto de inflexión para la industria textil, pues sus diseños sirvieron como las bases para la industria de hoy en día, con telares completamente automáticos.